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Bosquete peñalba de santiago

Inteligencia artificial, big data, Sistemas de información geográfica, teledetección, drones… son multitud las tecnologías que están hoy en día al alcance de cualquiera, muchas veces cuestionados por aspectos morales o económicos.

Pero ¿pueden ser estas nuevas tecnologías un aliado para el medioambiente?

La tecnología no es ni buena ni mala, pero tampoco es neutra”.

Frase de Melvin Kranzberg, profesor de historia, durante la Segunda Guerra Mundial

Como todo, depende del contexto y del uso que le vayamos a dar. La avanzadísima tecnología utilizada para la extracción de materias primas que lleva a la deforestación del Amazonas, tendrá un impacto muy negativo en el medioambiente. Sin embargo, existe tecnología con un impacto positivo, como la aplicada en la monitorización del cambio climático, que nos permite conocer la situación global para aplicar medidas preventivas y correctoras. O las investigaciones realizadas para construir máquinas, que de forma autónoma intercambien el CO2 por oxígeno, para reducir el nivel de gases de efecto invernadero en la atmósfera.

La tecnología, bien utilizada, puede ayudarnos a gestionar mejor los recursos, potenciar las reforestaciones o llevar a cabo una mejor vigilancia ambiental, ayudando a la defensa de nuestros bosques y ralentizando el cambio climático.

¿Qué tipo de tecnologías tenemos a nuestro alcance?

La tecnología es cada día más numerosa y son muchos los medios que podemos utilizar para ayudarnos a proteger el medioambiente, alguno de ellos pueden ser los siguientes:

  • El big data, basado en la extracción de grandes cantidades de datos, junto con los sistemas de inteligencia artificial, permite llevar a cabo un estudio de nuestros bosques. Permiten analizar la situación en tiempo real de la superficie forestal, predecir plagas, movimientos de los contaminantes en ríos y vientos o simular incendios para saber cómo actuar de forma más eficaz.
  • Los satélites. Todos conocemos los usos de los satélites para comunicaciones o GPS, pero es de gran importancia los satélites de Teledetección, es decir, aquellos que gracias a la observación continua que realizan de la tierra, permiten capturar imágenes que luego son procesadas e interpretadas para el estudio del planeta. Gracias a su posición en el espacio, permiten una visión global haciendo posible la cartografía de grandes masas forestales, el estudio de los vientos, el movimiento de las plagas o el crecimiento de la desertificación, desde una perspectiva global.
  • Los Sistemas de Información Geográfica, S.I.G. De forma simplificada, podemos considerar un SIG, como una base de datos elaborada sobre un plano, en la que cada dato tiene una referencia geográfica. Por tanto, consisten en programas informáticos donde poder observar información georeferenciada, es decir, sobre un  mapa real, con unas coordenadas exactas. Esto permite analizar información basándote en su posición espacial y generar mapas e informes de una forma más visual y precisa. Se utilizan, entre otras muchas aplicaciones, para calcular áreas de afección, zonas de estudio, realizar cartografía temática precia y ayudar en las tareas de investigación, control y vigilancia ambiental.
  • Pero sin duda, los drones, son la tecnología que más ha aumentado en los últimos años. El uso de estos “mini helicópteros” no tripulados no para de crecer. Recorren una superficie mayor y en menor tiempo que las brigadas humanas, permiten evaluar la situación desde diferentes alturas y con sus cámaras térmicas, multiespectrales y LiDAR, permiten diferentes usos. A diferencia que los satélites, pueden acercarse con facilidad a los objetos estudiados y establecer una altura fotográfica que les confiere un mayor detalle. Entre sus usos, podemos encontrarnos los siguientes:  cuantificar la intensidad de cortas en tratamientos de regeneración, para ofrecer una correcta entrada de luz; identificar especies vegetales; detectar plagas de forma precisa; observar índices de falta de riego, evaluar el crecimiento de las plantaciones; o realizar trabajos topográficos y de investigación científica. Incluso, modelos más avanzados, se están utilizando para la replantación en espacios de difícil acceso que han sufrido una drástica deforestación por talas o quemas no controladas.

Si estáis interesados en la web del colegio oficial de forestales, podéis encontrar numerosos artículos con ejemplos prácticos de su uso en la gestión forestal. 

Entonces, ¿Cómo pueden las nuevas tecnologías ayudar en la gestión forestal y del medioambiente?

En este post hemos podido ver algunas de las tecnologías aplicadas en el medioambiente, pero hay muchas más. Cada una de ellas permite realizar un trabajo diferente. En algunas ocasiones nos ayudan con la recogida de datos, facilitando la labor a las personas encargadas. Otras veces pueden ayudarnos en el análisis previo, como puede ser buscar las zonas de acceso hasta el lugar de estudio, o conocer las características previas a un accidente ambiental. También pueden ayudarnos en las labores de reforestación y mantenimiento de los bosques y campos con tareas como la siembra o el abonado.

Pero, sobre todo, nos ayudan a identificar, analizar y cuantificar los datos más importantes, ayudando a las labores de investigación y toma de decisiones, ya que sobre los datos obtenidos podrá realizarse un estudio más exhaustivo y preciso.

De esta manera, la tecnología aplicada de una forma responsable y respetuosa con el medioambiente, puede ser de gran ayuda para la gestión forestal y el cuidado de nuestro entorno.

¿Cómo pueden las nuevas tecnologías ayudar en la gestión forestal?
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